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domingo, 28 de octubre de 2012

¿A qué hacemos referencia cuando hablamos de Modernidad y Postmodernidad?


Si no aprendemos de la Historia, nos vemos obligada a repetirla. Cierto. Pero si no cambiamos el futuro, nos veremos obligados a soportarlo. Y eso podría ser peor”
AlvinToffler

Quiero compartir con ustedes mi experiencia, como participante en la asignatura Paradigmas y Teorías Educativa del Doctorado Ciencias de la Educación que ofrece la  Universidad Fermín Toro sobre el desarrollo de la segunda actividad presencial coordinada por el Dr. Javier Bracho, nuestro facilitador. El tema del día fue: ¿A qué hacemosl referencia cuando hablamos de Modernidad y Postmodernidad?
Quiero compartir con ustedes mi experiencia, como participante en la asignatura Paradigmas y Teorías Educativa del Doctorado Ciencias de la Educación que ofrece la  Universidad Fermín Toro sobre el desarrollo de la segunda actividad presencial coordinada por el Dr. Miguel Bracho, nuestro facilitador. El tema del día fue: ¿A qué hacemos referencia cuando hablamos de Modernidad y Postmodernidad?

Quiero compartir con ustedes mi experiencia, como participante en la asignatura Paradigmas y Teorías Educativa del Doctorado Ciencias de la Educación que ofrece la  Universidad Fermín Toro sobre el desarrollo de la segunda actividad presencial coordinada por el Dr. Javier Bracho, nuestro facilitador. El tema del día fue: ¿A qué hacemos referencia cuando hablamos de Modernidad y Postmodernidad?

La disertación sobre el tema se fundamentó en el libro de Toffler, Alvin, (1980), "La Tercera Ola".  Las "olas" son formas de ver la realidad, de producir, de consumir, de estudiar y de relacionarse. En una manera muy particular de aproximarse a esta forma de ver la realidad. Bracho (2012) abordó de manera muy amena el tema de las "olas" adaptándolo al objetivo de la asignatura y enfocándolo hacia lo que sería este tema de las olas pero desde la visión del conocimiento y la educación. En este sentido, se refirió a los tres tipos de olas: la Primera Ola (El hombre primitivo), Segunda Ola (El Hombre Moderno) y la Tercera Ola (Hombre Contemporáneo). Aún cuando el libro apunta hacia la descripción de la humanidad desde la prehistoria y la edad de piedra y de los metales (2 millones de años aproximadamente) hasta nuestros días, pasando por la Edad Antigua, la  Edad Moderna y la edad Contemporánea, el desarrollo de la actividad académica se centró en precisar la evolución del conocimiento y métodos para obtenerlos partir de la Edad Antigua, marcada por la invención de la escritura y por el contexto de la Historia Occidental, la modernidad y la postmodernidad, sin embargo, matizaremos esta apreciación con componentes  del contexto histórico-económico-político delineados por Toffler en su obra "La tercera ola".

El discurso de Bracho sobre las "Tres Olas" apuntó, más que a resaltar la configuración del mundo en cuanto a lo político, económico y productivo, social, comunicativo y energético, como principios que las rigen, así como a exponer sobre las distintas formas de pensar y construcción de saberes  a lo largo de la historia lo cual podrían definir la evolución del conocimiento. Cada ola se corresponde un modelo específico de pensamiento y, por consiguiente, una manera de concebir el mundo y de desenvolverse en él.

La Primera Ola

En este sentido, la Primera Ola, a pesar de lo difícil que es precisar su definición el tiempo,  comprende por lo menos desde los 8.000 años a.C hasta el siglo XVI aproximadamente. No obstante y desde el punto de vista cognoscitivo, esta ola se inicia con la época conocida como Antigüedad Temprana y el nacimiento de la civilización, a la cual le sigue la Antigüedad Clásica (siglo VIII a.C-siglo II d.C.) representada principalmente por sus pensadores Platón, Aristóteles, Euclides, Tolomeo, Arquímedes, entre otros y que dio origen a la civilización griega y romana. Bracho, argumentó sobre la predominancia, durante esta ola, del pensamiento mítico y el pensamiento religioso. El pensamiento mítico de la antigua Grecia fue evolucionando y dio paso al pensamiento del "logo" ante la necesidad de la gente de un pensamiento racional y con ello se marca el nacimiento de la filosofía y el pensamiento científico.

Uno de los pensadores de esta época más significativo para la evolución del conocimiento fue Platón: él creó lo que se conoce como la Academia de Atenas o Academia platónica, una escuela filosófica dedicada a investigar y a profundizar en el conocimiento, especialmente el  saber matemático de la época. Promulgaba que el conocimiento se podía "agrupar y atrapar para utilizarlo de nuevo" y  de esta manera se podía crear una enseñanza condensada lo cual condujo a la creación de las enciclopedias e introdujo el pensamiento de que "quién tiene el conocimiento tiene el poder"; no obstante, falló al creer que la realidad era estática y que no cambiaba.

Posteriormente, destaca Aristóteles, un discípulo de Platón quien resaltó en el mundo del saber con su frase: "Creo en mi maestro pero más creo en la verdad" (Bracho); afirmación que hacía por las críticas fundamentales que realizó a su maestro Platón, entre las cuales estuvieron: (1) crítica a los dos mundos que pregonaba Platón y que él (Aristóteles) consideraba que eran uno solo; (2) Critica a Platón sobre la falta de argumentos racionales para explicar los "dos mundos" y apoyándose en los mitos y las metáforas. Platón es el fundador del Liceo en Atenas, un espacio abierto donde muchas de sus clases eran gratuitas y públicas (llamado así por estar situado dentro de un recinto dedicado al dios Apolo Licio). 

La concepción del hombre para Aristóteles es la de un ser único formado un alma como forma de cuerpo con la particularidad de que ésta tiene razón, de allí su definición del hombre como: "un animal racional", "es un animal social" y como tal razona y se adapta al Estado para lo cual expuso seis formas de gobierno.

Lo que se conoce como otra forma de pensamiento de esta Primera Ola, el pensamiento religioso, lo encontramos en la Edad Media. No había explicaciones a las cosas que estuvieran basadas en Dios. Es la época del dogma acreditada como: el oscurantismo y data desde la caída del imperio romano en occidente (siglo V) hasta la caída del imperio romano de oriente (siglo XV). Es una época caracterizada por la escasez de fuentes escritas debido al retroceso de la vida urbana y los coletazos del feudalismo como poder político. Es una época que se caracteriza por el predominio del sistema aristotélico del universo debido a que la teología cristiana lo asumió y predominó en la Edad Media, por ejemplo el creer que el universo era un sistema cerrado y finito ordenado en atención con una finalidad y en función del ser humano; la Tierra es el centro del universo; los cuerpos celestes se mueven en torno a la Tierra; algunos de los movimientos y formas de los cuerpos son perfectos, y el mundo se divide en dos esferas que son la celeste y la terrestre. Fue tal la apropiación de este conocimiento que la iglesia Católica Romana reprimía a quienes iban en contra de esta posición e incluso los quemaban en la hoguera.

La iglesia es la garante de la continuidad de la tradición intelectual. La denominación de oscurantismo aludía al rechazo de las ideas o pensamientos no compartidos por la iglesia lo que significaba que los conocimientos nuevos fueran ocultados ante la iglesia y la sociedad conservadora de la época. Los conocimientos se relacionan con la iluminación de las mentes, entonces, al relacionar esto, no existía luz o conocimiento acerca de la vida en aquella época más que los pensamientos religiosos, por eso era una época oscura. En fin, esto llevó a un concepto teocéntrico del mundo en el cual "Dios" era el centro de todo y la principal fuente de conocimiento era La Biblia.

Vista esta explicación sucinta sobre la Primera Ola, en el contexto del conocimiento y los saberes, al cual hizo referencia Bracho y, comentemos su trascendencia en el contexto histórico-político planteado por Toffler (1980) y otros pensadores quienes relacionan esta Primera Ola con los alcances de la Revolución Agrícola (Edad Antigua y Edad Media) y el trabajo humano como fuente de energía apoyado de manera primitiva por algunos fenómenos naturales como el viento y las lluvias.

Durante esta Primera Ola, la sociedad se distinguía entre "primitiva" y "civilizada", donde la sociedad primitiva se caracterizaba por vivir en pequeños grupos y tribus, principalmente de la caza y pesca y la sociedad "civilizada" definida  por aquella que trabajar principalmente en el cultivo de las tierras (la agricultura) como un elemento que desplazó las actividades de caza y pesca y que modificó las estructuras y por los pensadores agrupados en pueblos y ciudades que fueron creando y transmitiendo conocimientos y plasmando sus ideas en documentos gracias a la invención de la escritura como medio de comunicación.

La Segunda Ola

Continuando con su disertación, Bracho abordó las dos siguientes olas, la segunda, la Ola del Hombre Moderno y la Tercera ola, la del Hombre Contemporáneo las cuales podrían enmarcarse en la Modernidad y Postmodernidad, respectivamente. La Segunda Ola, se ubica a finales del siglo XV hasta mediados o finales del siglo XVIII y la marcan hechos muy significantes como el nacimiento de la imprenta, el final de la Revolución Francesa, el Descubrimiento de América y la expansión de imperio español y portugués, la Independencia de los Estados Unidos y la Revolución Industrial, entre otros.

La Segunda ola se inicia con el progreso de la ciencia y los avances en el proceso de la industrialización como producto de los descubrimientos y  el uso de la tecnología. Superó las trascendencias de la primera ola, llegó a su apogeo a mediados de los años 50 en los Estados Unidos, y actualmente se encuentra en un estado de crisis a causa de la obsolescencia de sus instituciones para abordar los problemas apremiantes de hoy, situación que está abriendo el camino a una nueva sociedad, esta vez llamada de la postmodernidad aunque no existan acuerdo en cuanto al uso de este término.

Un hito muy importante de la época Moderna lo es el fortalecimiento de la ciencia como el conjunto de conocimientos racionales, ciertos o probables, que se obtienen mediante el empleo del método científico. Destacan en esta época científicos como Copérnico, Galileo, Descartes y Newton, entre otros.

Esta ola del hombre moderno se identifica con una nueva racionalidad científica, lo que se conoce como la "nueva ciencia", donde se desarrollan y combinan dos aspectos científicos fundamentales: la observación experimental y la precisión matemática con lo cual la visión del mundo deja de ser el producto de la creación divina y el estudios de la esencia de las cosas (visión ontológica) y surge la visión de una nueva realidad basada en la explicación de los hechos a través de las propiedades de las cosas mediante variables cuantitativas al responder a interrogantes sobre cómo se producen o sucedes estos hechos. Es así como en vez de conocer la esencia del movimiento el hombre se preocupa por la relación que existe entre tiempo y velocidad o entre intensidad del impulso y duración del movimiento.

Al respecto, Copérnico resaltó por su propuesta de teoría heliocéntrica mediante la cual cuestiona el dogma de que "la Tierra es plana y que constituye el centro del Universo". De esta manera, el Sol pasó a ser el centro del Universo; teoría propuesta en cierta medida por el antiguo griego Aristarco de Samos, que revolucionó el campo de la Astronomía induciendo a interesantes discusiones religiosas, filosóficas y sociales.

Junto a Copérnico estuvo Galileo, ambos considerados como los fundadores de la astronomía como ciencia y quien con su teoría ayudó a la humanidad a dar un verdadero salto en el camino de las ciencias que algunos tanto intentaron ofuscar. Fue la época del Renacimiento. Galileo formuló la primera ley del movimiento, trabajó en el perfeccionamiento del telescopio y enfrentó sus teorías científicas a las posiciones predominantes en la edad media dogmatizadas por la Iglesia Católica.

Otro de los científicos de esta época y de la llamada revolución científica fue René Descarte, padre de la geometría analítica y de la filosofía moderna y heredero de la revolución científica iniciada por Copérnico y Galileo. Descarte pasó a la historia por su obra máxima de la filosofía "El discurso del método" donde propone un nuevo "método" que permitiría diferenciar lo verdadero de lo falso, desde su óptica personal, aclarando que en esta obra no se trata de enseñar sino de hablar, de allí que la autocalifica como "Discurso" y no como "Tratado". Bracho, en su disertación precisó los fundamentos de este método y los resumió así:
  1. "Se está cerca de la verdad cuando se está cerca de la razón"
  2. "Para resolver un problema de gran complejidad lo mejor es empezar por resolver lo más sencillo, luego, lo más complejo.
  3. "Para buscar respuestas a situaciones de gran complejidad lo propio es dividir el problema en el mayor número de partes posibles".
  4. "Para garantizar resultados de un proceso científico lo recomendable es hacer énfasis en los procesos de comprobación".

Con estos postulados queda definida la esencia del método científico y se afirma que es el punto de entrada a la época de la modernidad; en términos de Alvin Toffler, la Segunda Ola. Ésta fue una época caracterizada por complejos cambios científicos, técnicos, culturales, políticos e ideológicos que condujeron a la aparición del "capitalismo sustentados en un ideal en el cual se exaltan la razón, el progreso y la emancipación del hombre sobre la base de una ética estrictamente racionalista y de corte historicista-universalista". (Pérez e Ibáñez, s/f).

En un contexto socio-histórico la modernidad aboga por la humanización del programa de la razón  en donde esta dirige la historia ya que unas épocas se suceden a otras por un concepto lineal del tiempo haciendo posible proyectar el futuro y apuntar hacia el progreso, asumiendo que esta concepción del progreso se traduce en aprobación del proceso de industrialización del capitalismo occidental como paradigma de esta época y las consecuencias que para el ambiente trae la industrialización y el consumismo propio del capitalismo. En palabras de Moltmann (citado por Fantoni, 2009),"La modernidad es, pues, una visión del mundo impregnada de optimismo humanista, es la implantación de los valores de la burguesía en ascenso que se compromete y trabaja para mejorar sus propias condiciones y las de la sociedad".

Así mismo, el vocablo modernidad lleva inmerso una connotación socioeconómica si consideramos elementos representativos que están presentes en el lapso de lo que se ha calificado como época moderna (Segunda ola, según Toffler, 1980)  como: el capitalismo, la tecnología, la industrialización, la globalización, la dinámica de las comunicaciones desde la invención de la imprenta hasta el surgimiento de los periódicos y medios de comunicación de masas: radio y televisión, el proceso de urbanización y el establecimiento de grandes centros urbanos. La planificación, como herramienta para avanzar en el tiempo en búsqueda del progreso, es una característica del modernismo. Ella ha contribuido de manera certera en el cambio de percepción que el hombre tenía de sí mismo en relación con la realidad que vive.

Tercera Ola

La Tercera Ola, podríamos enmarcarla dentro de lo que se conoce como "sociedad de información"; apoyada en  el desarrollo de la informática y la telemática (Silvio, 2000), a partir de los años 60 y estará signada por el desarrollo de las telecomunicaciones y tres elementos relevantes: la descentralización de las estructura y procesos productivos, la desmasificación de la economía y la personalización progresiva de la producción, (Toffler, 1980), factores que serían la causa del cambio social a finales del siglo XX y XXI, que definen esta terca ola y que estarían contribuyendo a una mayor participación del individuo en la producción de la información para la oferta de bienes y servicios a la sociedad. De esta manera, Toffler, citado por Silvio (2000) califica que la sociedad de esta Tercera ola está basada en el conocimiento como fuente de poder y riqueza con lo cual él distingue tres fuentes de riqueza y poder: "la energía física (el músculo), características de la sociedad de la primera ola; el dinero y la energía electromecánica, características de la sociedad de la segunda ola y la mente (el conocimiento) y la energía electrónica, típicas de la sociedad de la tercera ola"

En el campo del conocimiento y de la aplicación del método para conocer la realidad, el postmodernismo rechaza lo universal y lo abstracto, como lo señala Barrera et al. (2002), "nada más provocador para ellos que la pretensión de las matemáticas de ser universales y transculturales". Quienes se inscriben en la corriente postmoderna valoran lo local y lo particular, por tanto, la concepción absoluta de la verdad para cualquier contexto, así como el estatismo de la verdad; es decir que lo que hoy es verdadero, mañana puede ser falso. Esto significa que con la oposición a la universalidad los postmodernos están llegando al otro extremo, es decir, están radicalizando su visión de la realidad y estarían acercándose a lo que algunos pensadores califican como "aislacionismo", una posición extremista muy similar a la de la universalidad del método científico, de que la realidad sólo se conoce a través del localismo y particularismo.

Cuando se trata de caracterizar el postmodernismo, Donoso (2009) señala que se trata de una época de "excesos virtuales": el lenguaje abundante pero con poco significado, información copiosa que no tenemos tiempo de procesar y aprovecharla; el espectáculo como trampolín a la fama, el ego como individualidad "elevada a rango axiomático".

En ese contexto y, retomando las denominaciones que de las tres olas hizo Bracho en su disertación, recordemos que esta tercera ola la llamó la del  hombre contemporáneo y expuso que la filosofía de la Fenomenología del Espíritu fundamentaba la razón de ser de este tipo de hombre describiendo las estructuras de la experiencia tal y como se presentan en la conciencia, sin recurrir a teorías, deducciones o suposiciones procedentes de otras disciplinas tales como las ciencias naturales. Es decir, que la fenomenología como método científico parte del análisis intuitivo de los objetos para inferir los rasgos esenciales de la experiencia y lo experimentado, teniendo como fin la comprensión del ser humano.

En atención a esta postura, Hegel (1807) en su obra Fenomenología del espíritu, asume que la realidad es cambiante, "porque en realidad toda cosa cambia y se transforma ella misma en otra cosa" lo cual en otras palabras es el discurso de la lógica dialéctica, en contraposición a la lógica formal que predominaba en la época moderna. Por otro lado, Hussel, filósofo alemán y fundador de la fenomenología trascendental, otro método de hacer ciencia, quien ubica al hombre en el "centro de la realidad". El hombre (sujeto de estudio) se involucra con el objeto (subjetividad) y donde lo importante no es el método (característico de la modernidad) sino el hombre".

El pensamiento postmoderno se fundamenta en las corrientes interpretativista: fenomenología-hermenéutico los cuales se basan en las creencias, los valores, el conocimiento, la cultura de las personas, el fenómeno humano como tal así como las corrientes constructivista y construccionista.


Referencias
BARRERA, M. et al. (2002). Postmodernidad, ciencias y educación. Editor: Carlos Vasco, 1ª edición. CEJA, Bogotá.

BRACHO, M. El hombre primitivo, moderno y contemporáneo. Disertación en actividad presencial del Doctorado Ciencias de la Educación. Universidad Fermín toro, Barinas, 29 de septiembre de 2012.

DONOSO,  R. (2009)  La postmodernidad: sus amenazas y desafíos para la educación. Cuadernos EDUCERE, Nº 7.Universiodada de los Andes. Mérida.

FANTONI, V. (2009). Modernidad, postmodernidad y moral. Traducción de ramón Carlets. Editorial, Aula7Ativa@. Consultado en línea el 28 de septiembre en http://www.aula7activa.org/edu/libros/documentos/modernidad.pdf

MANSILLA, H. (2009). El paradigma occidental, la dialéctica de autonomía e imitación y las alternativas prácticas del Tercer Mundo. KAIROS, Revista de Temas Sociales. Año 13. Nº 23. Abril de 2009, Universidad Nacional de San Luís, Obtenido el 25 de septiembre de 2012 en: http://www.revistakairos.org/k23-archivos/mansilla.pdf

PÉREZ, A. E  IBÁÑEZ , M. (s/f). Modernidad vs. Postmodernidad. Documento en línea, p. 1. Obtenido el 25 de septiembre de 2012 en : http://www.bibliociencias.cu/gsdl/collect/libros/index/assoc/HASH857c.dir/doc.pdf

SILVIO,  (2000). La virtualización de la universidad: ¿Cómo transformar la educación superior con la tecnología? UNESCO, IESALC. Obtenido el 25 de septiembre de 2012 en http://www.schoolofed.nova.edu/dll/spanish/modulos/conocimiento/Silvio_La_virtualizacion_univ.pdf

TOFFLER, A. (1980). La tercera ola. Traducción de Adolfo Martín, Edición del Círculo de Lectores, Bogotá.

Inicio de la asignatura “Paradigmas y Teorías Educativas” en el marco del Doctorado Ciencias de la Educación


Con mucho entusiasmo iniciamos hoy sábado 15 de septiembre de 2012 la tercera asignatura del Doctorado en Ciencias de la Educación que ofrece la Universidad Fermín Toro en la ciudad de Barinas. Una experiencia más de aprendizaje que me permitirá  formarme para abordar la Tesis Doctoral, objetivo de estos estudios que realizo. Tengo muchos compromisos que me mantienen muy ocupado pero también cuento con la fuerza y la motivación para seguir adelante. Ese es mi reto.

La asignatura “Paradigmas y teorías educativas”, según la planificación, el objetivo y el facilitador, el Dr. Javier Bracho,  se muestran muy interesantes y pertinentes para contribuir en nuestra formación como futuros doctores. Trataré de expresar, brevemente, mi punto de vista algunos aspectos inherentes al desarrollo de la actividad inicial de la asignatura. Es decir, sobre el contenido y el facilitador.

En cuanto al objetivo y los contenidos de la asignatura, considero que entre estos existe coherencia por cuanto el fin de los estudios de Doctorado es que el doctorante (participante) obtenga un producto final llamado Tesis, donde demuestre que es investigador y que hace aportes significativos a la Ciencia de la Educación. De esta manera la institución de educación universitaria debe considerar en el currículo del programa de estudios una materia que contribuya en la formación del doctorante; en este caso, existe y es un seminario denominado “Paradigmas y Teorías Educativas”. Los contenidos de  este seminario abarcan el estudio, análisis y reflexión, sobre los distintos paradigmas o enfoques, tanto de la modernidad como de la postmodernidad, así como las teoría educativas en el contexto de las Ciencias Sociales que permitirán al participante del curso clarificar y precisar cómo desde esta posición pueden generarse conceptualizaciones las cuales puedan tener aplicación en el contexto socio-histórico cultural venezolano.

En cuanto al facilitador, aprecié la actitud pedagógica y su interés por contribuir en la formación del doctorante. Disertó amenamente sobre el esfuerzo intelectual del tesista para lograr el desarrollo de su tesis y su posición como jurado de Tesis cuya pregunta principal es la de preguntarle al tesis ¿Cuál es su tesis? Muy ilustrativa y pertinente, por demás. Así mismo, dejó claro la diferencia entre los diferentes programas de postgrado conducentes a título: especialización, maestría y doctorado. Este razonamiento, me permitió afianzar mi conocimiento sobre este tema. Por otro lado, llamó mi atención, el discurso sobre el Estado del Arte de la Tesis; el pensamiento, la reflexión, la búsqueda de explicaciones y de respuestas a preguntas fundamentales. Mención especial, merece su comentario sobre las diferencias entre mentas avanzadas, mentes medias y mentes pobres. Muy acertado.

Nos vemos en las próximas actividades presenciales planificadas. Allí conversaremos sobre  distintos paradigmas, según sean estos de  la Modernidad y Postmodernidad, teorías educativas y el contexto socio-histórico-cultural del sistema educativo venezolano.